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Rodolfo y su osito Puchy
29.11.2012 12:46
Uno de los mitos que con frecuencia tenemos que escuchar es que las personas con autismo son incapaces de sentir o de mostrar empatía. ¡Cuánto daño han hecho las afirmaciones que asocian autismo con indiferencia o falta de sentimientos!
Las personas con autismo ríen, lloran, se enfadan, se asombran, tienen miedo, consuelan, desean, abrazan...
A Erik le encanta darnos besos y se me cae la baba, como a cualquier madre, cuando viene, me abraza y me dice: "mamá, te quiero mucho". Erik se asusta ante determinados ruidos, se enfada cuando algunas cosas no le salen bien, nos muestra con orgullo sus dibujos, me consuela cuando estoy malita, tiene muy claro qué regalos desea o pregunta y se interesa por los demás.
Las emociones están ahí. Sin embargo, Erik, al igual que la mayoría de las personas con autismo, puede tener problemas en expresar sus emociones en el contexto adecuado o en interpretar la mímica y el lenguaje corporal de las otras personas para asociarlos a una emoción. Pero, ¡cómo trabaja mi pequeño para lograrlo! y ¡cuánto ha conseguido ya!
Por eso me gustaría compartir "El libro de las emociones", donde he reunido en 83 páginas los ejercicios, pautas, consejos y material de trabajo que llevamos realizando desde hace más de dos años.
Read more: https://elsonidodelahierbaelcrecer.blogspot.com/2010/03/el-libro-de-las-emociones-dos-anos-de.html#ixzz2DbxSO8DW
Uno de los mitos que con frecuencia tenemos que escuchar es que las personas con autismo son incapaces de sentir o de mostrar empatía. ¡Cuánto daño han hecho las afirmaciones que asocian autismo con indiferencia o falta de sentimientos!
Las personas con autismo ríen, lloran, se enfadan, se asombran, tienen miedo, consuelan, desean, abrazan...
A Erik le encanta darnos besos y se me cae la baba, como a cualquier madre, cuando viene, me abraza y me dice: "mamá, te quiero mucho". Erik se asusta ante determinados ruidos, se enfada cuando algunas cosas no le salen bien, nos muestra con orgullo sus dibujos, me consuela cuando estoy malita, tiene muy claro qué regalos desea o pregunta y se interesa por los demás.
Las emociones están ahí. Sin embargo, Erik, al igual que la mayoría de las personas con autismo, puede tener problemas en expresar sus emociones en el contexto adecuado o en interpretar la mímica y el lenguaje corporal de las otras personas para asociarlos a una emoción. Pero, ¡cómo trabaja mi pequeño para lograrlo! y ¡cuánto ha conseguido ya!
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Las personas con autismo ríen, lloran, se enfadan, se asombran, tienen miedo, consuelan, desean, abrazan...
A Erik le encanta darnos besos y se me cae la baba, como a cualquier madre, cuando viene, me abraza y me dice: "mamá, te quiero mucho". Erik se asusta ante determinados ruidos, se enfada cuando algunas cosas no le salen bien, nos muestra con orgullo sus dibujos, me consuela cuando estoy malita, tiene muy claro qué regalos desea o pregunta y se interesa por los demás.
Las emociones están ahí. Sin embargo, Erik, al igual que la mayoría de las personas con autismo, puede tener problemas en expresar sus emociones en el contexto adecuado o en interpretar la mímica y el lenguaje corporal de las otras personas para asociarlos a una emoción. Pero, ¡cómo trabaja mi pequeño para lograrlo! y ¡cuánto ha conseguido ya!
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Las personas con autismo ríen, lloran, se enfadan, se asombran, tienen miedo, consuelan, desean, abrazan...
A Erik le encanta darnos besos y se me cae la baba, como a cualquier madre, cuando viene, me abraza y me dice: "mamá, te quiero mucho". Erik se asusta ante determinados ruidos, se enfada cuando algunas cosas no le salen bien, nos muestra con orgullo sus dibujos, me consuela cuando estoy malita, tiene muy claro qué regalos desea o pregunta y se interesa por los demás.
Las emociones están ahí. Sin embargo, Erik, al igual que la mayoría de las personas con autismo, puede tener problemas en expresar sus emociones en el contexto adecuado o en interpretar la mímica y el lenguaje corporal de las otras personas para asociarlos a una emoción. Pero, ¡cómo trabaja mi pequeño para lograrlo! y ¡cuánto ha conseguido ya!
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Las personas con autismo ríen, lloran, se enfadan, se asombran, tienen miedo, consuelan, desean, abrazan...
A Erik le encanta darnos besos y se me cae la baba, como a cualquier madre, cuando viene, me abraza y me dice: "mamá, te quiero mucho". Erik se asusta ante determinados ruidos, se enfada cuando algunas cosas no le salen bien, nos muestra con orgullo sus dibujos, me consuela cuando estoy malita, tiene muy claro qué regalos desea o pregunta y se interesa por los demás.
Las emociones están ahí. Sin embargo, Erik, al igual que la mayoría de las personas con autismo, puede tener problemas en expresar sus emociones en el contexto adecuado o en interpretar la mímica y el lenguaje corporal de las otras personas para asociarlos a una emoción. Pero, ¡cómo trabaja mi pequeño para lograrlo! y ¡cuánto ha conseguido ya!
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Uno de los mitos que con frecuencia tenemos que escuchar es que las personas con autismo son incapaces de sentir o de mostrar empatía. ¡Cuánto daño han hecho las afirmaciones que asocian autismo con indiferencia o falta de sentimientos!
Las personas con autismo ríen, lloran, se enfadan, se asombran, tienen miedo, consuelan, desean, abrazan...
A Erik le encanta darnos besos y se me cae la baba, como a cualquier madre, cuando viene, me abraza y me dice: "mamá, te quiero mucho". Erik se asusta ante determinados ruidos, se enfada cuando algunas cosas no le salen bien, nos muestra con orgullo sus dibujos, me consuela cuando estoy malita, tiene muy claro qué regalos desea o pregunta y se interesa por los demás.
Las emociones están ahí. Sin embargo, Erik, al igual que la mayoría de las personas con autismo, puede tener problemas en expresar sus emociones en el contexto adecuado o en interpretar la mímica y el lenguaje corporal de las otras personas para asociarlos a una emoción. Pero, ¡cómo trabaja mi pequeño para lograrlo! y ¡cuánto ha conseguido ya!
Por eso me gustaría compartir "El libro de las emociones", donde he reunido en 83 páginas los ejercicios, pautas, consejos y material de trabajo que llevamos realizando desde hace más de dos años.
Read more: https://elsonidodelahierbaelcrecer.blogspot.com/2010/03/el-libro-de-las-emociones-dos-anos-de.html#ixzz2DbxSO8DW
Uno de los mitos que con frecuencia tenemos que escuchar es que las personas con autismo son incapaces de sentir o de mostrar empatía. ¡Cuánto daño han hecho las afirmaciones que asocian autismo con indiferencia o falta de sentimientos!
Las personas con autismo ríen, lloran, se enfadan, se asombran, tienen miedo, consuelan, desean, abrazan...
A Erik le encanta darnos besos y se me cae la baba, como a cualquier madre, cuando viene, me abraza y me dice: "mamá, te quiero mucho". Erik se asusta ante determinados ruidos, se enfada cuando algunas cosas no le salen bien, nos muestra con orgullo sus dibujos, me consuela cuando estoy malita, tiene muy claro qué regalos desea o pregunta y se interesa por los demás.
Las emociones están ahí. Sin embargo, Erik, al igual que la mayoría de las personas con autismo, puede tener problemas en expresar sus emociones en el contexto adecuado o en interpretar la mímica y el lenguaje corporal de las otras personas para asociarlos a una emoción. Pero, ¡cómo trabaja mi pequeño para lograrlo! y ¡cuánto ha conseguido ya!
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A Erik le encanta darnos besos y se me cae la baba, como a cualquier madre, cuando viene, me abraza y me dice: "mamá, te quiero mucho". Erik se asusta ante determinados ruidos, se enfada cuando algunas cosas no le salen bien, nos muestra con orgullo sus dibujos, me consuela cuando estoy malita, tiene muy claro qué regalos desea o pregunta y se interesa por los demás.
Las emociones están ahí. Sin embargo, Erik, al igual que la mayoría de las personas con autismo, puede tener problemas en expresar sus emociones en el contexto adecuado o en interpretar la mímica y el lenguaje corporal de las otras personas para asociarlos a una emoción. Pero, ¡cómo trabaja mi pequeño para lograrlo! y ¡cuánto ha conseguido ya!
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Las personas con autismo ríen, lloran, se enfadan, se asombran, tienen miedo, consuelan, desean, abrazan...
A Erik le encanta darnos besos y se me cae la baba, como a cualquier madre, cuando viene, me abraza y me dice: "mamá, te quiero mucho". Erik se asusta ante determinados ruidos, se enfada cuando algunas cosas no le salen bien, nos muestra con orgullo sus dibujos, me consuela cuando estoy malita, tiene muy claro qué regalos desea o pregunta y se interesa por los demás.
Las emociones están ahí. Sin embargo, Erik, al igual que la mayoría de las personas con autismo, puede tener problemas en expresar sus emociones en el contexto adecuado o en interpretar la mímica y el lenguaje corporal de las otras personas para asociarlos a una emoción. Pero, ¡cómo trabaja mi pequeño para lograrlo! y ¡cuánto ha conseguido ya!
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Las personas con autismo ríen, lloran, se enfadan, se asombran, tienen miedo, consuelan, desean, abrazan...
A Erik le encanta darnos besos y se me cae la baba, como a cualquier madre, cuando viene, me abraza y me dice: "mamá, te quiero mucho". Erik se asusta ante determinados ruidos, se enfada cuando algunas cosas no le salen bien, nos muestra con orgullo sus dibujos, me consuela cuando estoy malita, tiene muy claro qué regalos desea o pregunta y se interesa por los demás.
Las emociones están ahí. Sin embargo, Erik, al igual que la mayoría de las personas con autismo, puede tener problemas en expresar sus emociones en el contexto adecuado o en interpretar la mímica y el lenguaje corporal de las otras personas para asociarlos a una emoción. Pero, ¡cómo trabaja mi pequeño para lograrlo! y ¡cuánto ha conseguido ya!
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Las personas con autismo ríen, lloran, se enfadan, se asombran, tienen miedo, consuelan, desean, abrazan...
A Erik le encanta darnos besos y se me cae la baba, como a cualquier madre, cuando viene, me abraza y me dice: "mamá, te quiero mucho". Erik se asusta ante determinados ruidos, se enfada cuando algunas cosas no le salen bien, nos muestra con orgullo sus dibujos, me consuela cuando estoy malita, tiene muy claro qué regalos desea o pregunta y se interesa por los demás.
Las emociones están ahí. Sin embargo, Erik, al igual que la mayoría de las personas con autismo, puede tener problemas en expresar sus emociones en el contexto adecuado o en interpretar la mímica y el lenguaje corporal de las otras personas para asociarlos a una emoción. Pero, ¡cómo trabaja mi pequeño para lograrlo! y ¡cuánto ha conseguido ya!
Por eso me gustaría compartir "El libro de las emociones", donde he reunido en 83 páginas los ejercicios, pautas, consejos y material de trabajo que llevamos realizando desde hace más de dos años.
Read more: https://elsonidodelahierbaelcrecer.blogspot.com/2010/03/el-libro-de-las-emociones-dos-anos-de.html#ixzz2DbxSO8DW
Uno de los mitos que con frecuencia tenemos que escuchar es que las personas con autismo son incapaces de sentir o de mostrar empatía. ¡Cuánto daño han hecho las afirmaciones que asocian autismo con indiferencia o falta de sentimientos!
Las personas con autismo ríen, lloran, se enfadan, se asombran, tienen miedo, consuelan, desean, abrazan...
A Erik le encanta darnos besos y se me cae la baba, como a cualquier madre, cuando viene, me abraza y me dice: "mamá, te quiero mucho". Erik se asusta ante determinados ruidos, se enfada cuando algunas cosas no le salen bien, nos muestra con orgullo sus dibujos, me consuela cuando estoy malita, tiene muy claro qué regalos desea o pregunta y se interesa por los demás.
Las emociones están ahí. Sin embargo, Erik, al igual que la mayoría de las personas con autismo, puede tener problemas en expresar sus emociones en el contexto adecuado o en interpretar la mímica y el lenguaje corporal de las otras personas para asociarlos a una emoción. Pero, ¡cómo trabaja mi pequeño para lograrlo! y ¡cuánto ha conseguido ya!
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Las personas con autismo ríen, lloran, se enfadan, se asombran, tienen miedo, consuelan, desean, abrazan...
A Erik le encanta darnos besos y se me cae la baba, como a cualquier madre, cuando viene, me abraza y me dice: "mamá, te quiero mucho". Erik se asusta ante determinados ruidos, se enfada cuando algunas cosas no le salen bien, nos muestra con orgullo sus dibujos, me consuela cuando estoy malita, tiene muy claro qué regalos desea o pregunta y se interesa por los demás.
Las emociones están ahí. Sin embargo, Erik, al igual que la mayoría de las personas con autismo, puede tener problemas en expresar sus emociones en el contexto adecuado o en interpretar la mímica y el lenguaje corporal de las otras personas para asociarlos a una emoción. Pero, ¡cómo trabaja mi pequeño para lograrlo! y ¡cuánto ha conseguido ya!
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Las personas con autismo ríen, lloran, se enfadan, se asombran, tienen miedo, consuelan, desean, abrazan...
A Erik le encanta darnos besos y se me cae la baba, como a cualquier madre, cuando viene, me abraza y me dice: "mamá, te quiero mucho". Erik se asusta ante determinados ruidos, se enfada cuando algunas cosas no le salen bien, nos muestra con orgullo sus dibujos, me consuela cuando estoy malita, tiene muy claro qué regalos desea o pregunta y se interesa por los demás.
Las emociones están ahí. Sin embargo, Erik, al igual que la mayoría de las personas con autismo, puede tener problemas en expresar sus emociones en el contexto adecuado o en interpretar la mímica y el lenguaje corporal de las otras personas para asociarlos a una emoción. Pero, ¡cómo trabaja mi pequeño para lograrlo! y ¡cuánto ha conseguido ya!
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Las personas con autismo ríen, lloran, se enfadan, se asombran, tienen miedo, consuelan, desean, abrazan...
A Erik le encanta darnos besos y se me cae la baba, como a cualquier madre, cuando viene, me abraza y me dice: "mamá, te quiero mucho". Erik se asusta ante determinados ruidos, se enfada cuando algunas cosas no le salen bien, nos muestra con orgullo sus dibujos, me consuela cuando estoy malita, tiene muy claro qué regalos desea o pregunta y se interesa por los demás.
Las emociones están ahí. Sin embargo, Erik, al igual que la mayoría de las personas con autismo, puede tener problemas en expresar sus emociones en el contexto adecuado o en interpretar la mímica y el lenguaje corporal de las otras personas para asociarlos a una emoción. Pero, ¡cómo trabaja mi pequeño para lograrlo! y ¡cuánto ha conseguido ya!
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A Erik le encanta darnos besos y se me cae la baba, como a cualquier madre, cuando viene, me abraza y me dice: "mamá, te quiero mucho". Erik se asusta ante determinados ruidos, se enfada cuando algunas cosas no le salen bien, nos muestra con orgullo sus dibujos, me consuela cuando estoy malita, tiene muy claro qué regalos desea o pregunta y se interesa por los demás.
Las emociones están ahí. Sin embargo, Erik, al igual que la mayoría de las personas con autismo, puede tener problemas en expresar sus emociones en el contexto adecuado o en interpretar la mímica y el lenguaje corporal de las otras personas para asociarlos a una emoción. Pero, ¡cómo trabaja mi pequeño para lograrlo! y ¡cuánto ha conseguido ya!
Por eso me gustaría compartir "El libro de las emociones", donde he reunido en 83 páginas los ejercicios, pautas, consejos y material de trabajo que llevamos realizando desde hace más de dos años.
Read more: https://elsonidodelahierbaelcrecer.blogspot.com/2010/03/el-libro-de-las-emociones-dos-anos-de.html#ixzz2DbxSO8DW
Uno de los mitos que con frecuencia tenemos que escuchar es que las personas con autismo son incapaces de sentir o de mostrar empatía. ¡Cuánto daño han hecho las afirmaciones que asocian autismo con indiferencia o falta de sentimientos!
Las personas con autismo ríen, lloran, se enfadan, se asombran, tienen miedo, consuelan, desean, abrazan...
A Erik le encanta darnos besos y se me cae la baba, como a cualquier madre, cuando viene, me abraza y me dice: "mamá, te quiero mucho". Erik se asusta ante determinados ruidos, se enfada cuando algunas cosas no le salen bien, nos muestra con orgullo sus dibujos, me consuela cuando estoy malita, tiene muy claro qué regalos desea o pregunta y se interesa por los demás.
Las emociones están ahí. Sin embargo, Erik, al igual que la mayoría de las personas con autismo, puede tener problemas en expresar sus emociones en el contexto adecuado o en interpretar la mímica y el lenguaje corporal de las otras personas para asociarlos a una emoción. Pero, ¡cómo trabaja mi pequeño para lograrlo! y ¡cuánto ha conseguido ya!
Por eso me gustaría compartir "El libro de las emociones", donde he reunido en 83 páginas los ejercicios, pautas, consejos y material de trabajo que llevamos realizando desde hace más de dos años.
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Las personas con autismo ríen, lloran, se enfadan, se asombran, tienen miedo, consuelan, desean, abrazan...
A Erik le encanta darnos besos y se me cae la baba, como a cualquier madre, cuando viene, me abraza y me dice: "mamá, te quiero mucho". Erik se asusta ante determinados ruidos, se enfada cuando algunas cosas no le salen bien, nos muestra con orgullo sus dibujos, me consuela cuando estoy malita, tiene muy claro qué regalos desea o pregunta y se interesa por los demás.
Las emociones están ahí. Sin embargo, Erik, al igual que la mayoría de las personas con autismo, puede tener problemas en expresar sus emociones en el contexto adecuado o en interpretar la mímica y el lenguaje corporal de las otras personas para asociarlos a una emoción. Pero, ¡cómo trabaja mi pequeño para lograrlo! y ¡cuánto ha conseguido ya!
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A Erik le encanta darnos besos y se me cae la baba, como a cualquier madre, cuando viene, me abraza y me dice: "mamá, te quiero mucho". Erik se asusta ante determinados ruidos, se enfada cuando algunas cosas no le salen bien, nos muestra con orgullo sus dibujos, me consuela cuando estoy malita, tiene muy claro qué regalos desea o pregunta y se interesa por los demás.
Las emociones están ahí. Sin embargo, Erik, al igual que la mayoría de las personas con autismo, puede tener problemas en expresar sus emociones en el contexto adecuado o en interpretar la mímica y el lenguaje corporal de las otras personas para asociarlos a una emoción. Pero, ¡cómo trabaja mi pequeño para lograrlo! y ¡cuánto ha conseguido ya!
Por eso me gustaría compartir "El libro de las emociones", donde he reunido en 83 páginas los ejercicios, pautas, consejos y material de trabajo que llevamos realizando desde hace más de dos años.
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Las personas con autismo ríen, lloran, se enfadan, se asombran, tienen miedo, consuelan, desean, abrazan...
A Erik le encanta darnos besos y se me cae la baba, como a cualquier madre, cuando viene, me abraza y me dice: "mamá, te quiero mucho". Erik se asusta ante determinados ruidos, se enfada cuando algunas cosas no le salen bien, nos muestra con orgullo sus dibujos, me consuela cuando estoy malita, tiene muy claro qué regalos desea o pregunta y se interesa por los demás.
Las emociones están ahí. Sin embargo, Erik, al igual que la mayoría de las personas con autismo, puede tener problemas en expresar sus emociones en el contexto adecuado o en interpretar la mímica y el lenguaje corporal de las otras personas para asociarlos a una emoción. Pero, ¡cómo trabaja mi pequeño para lograrlo! y ¡cuánto ha conseguido ya!
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¡Deseo de corazón que os ayude tanto como a nosotros!
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Uno de los mitos que con frecuencia tenemos que escuchar es que las personas con autismo son incapaces de sentir o de mostrar empatía. ¡Cuánto daño han hecho las afirmaciones que asocian autismo con indiferencia o falta de sentimientos!
Las personas con autismo ríen, lloran, se enfadan, se asombran, tienen miedo, consuelan, desean, abrazan...
A Erik le encanta darnos besos y se me cae la baba, como a cualquier madre, cuando viene, me abraza y me dice: "mamá, te quiero mucho". Erik se asusta ante determinados ruidos, se enfada cuando algunas cosas no le salen bien, nos muestra con orgullo sus dibujos, me consuela cuando estoy malita, tiene muy claro qué regalos desea o pregunta y se interesa por los demás.
Las emociones están ahí. Sin embargo, Erik, al igual que la mayoría de las personas con autismo, puede tener problemas en expresar sus emociones en el contexto adecuado o en interpretar la mímica y el lenguaje corporal de las otras personas para asociarlos a una emoción. Pero, ¡cómo trabaja mi pequeño para lograrlo! y ¡cuánto ha conseguido ya!
Por eso me gustaría compartir "El libro de las emociones", donde he reunido en 83 páginas los ejercicios, pautas, consejos y material de trabajo que llevamos realizando desde hace más de dos años.
¡Deseo de corazón que os ayude tanto como a nosotros!
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Uno de los mitos que con frecuencia tenemos que escuchar es que las personas con autismo son incapaces de sentir o de mostrar empatía. ¡Cuánto daño han hecho las afirmaciones que asocian autismo con indiferencia o falta de sentimientos!
Las personas con autismo ríen, lloran, se enfadan, se asombran, tienen miedo, consuelan, desean, abrazan...
A Erik le encanta darnos besos y se me cae la baba, como a cualquier madre, cuando viene, me abraza y me dice: "mamá, te quiero mucho". Erik se asusta ante determinados ruidos, se enfada cuando algunas cosas no le salen bien, nos muestra con orgullo sus dibujos, me consuela cuando estoy malita, tiene muy claro qué regalos desea o pregunta y se interesa por los demás.
Las emociones están ahí. Sin embargo, Erik, al igual que la mayoría de las personas con autismo, puede tener problemas en expresar sus emociones en el contexto adecuado o en interpretar la mímica y el lenguaje corporal de las otras personas para asociarlos a una emoción. Pero, ¡cómo trabaja mi pequeño para lograrlo! y ¡cuánto ha conseguido ya!
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A Erik le encanta darnos besos y se me cae la baba, como a cualquier madre, cuando viene, me abraza y me dice: "mamá, te quiero mucho". Erik se asusta ante determinados ruidos, se enfada cuando algunas cosas no le salen bien, nos muestra con orgullo sus dibujos, me consuela cuando estoy malita, tiene muy claro qué regalos desea o pregunta y se interesa por los demás.
Las emociones están ahí. Sin embargo, Erik, al igual que la mayoría de las personas con autismo, puede tener problemas en expresar sus emociones en el contexto adecuado o en interpretar la mímica y el lenguaje corporal de las otras personas para asociarlos a una emoción. Pero, ¡cómo trabaja mi pequeño para lograrlo! y ¡cuánto ha conseguido ya!
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A Erik le encanta darnos besos y se me cae la baba, como a cualquier madre, cuando viene, me abraza y me dice: "mamá, te quiero mucho". Erik se asusta ante determinados ruidos, se enfada cuando algunas cosas no le salen bien, nos muestra con orgullo sus dibujos, me consuela cuando estoy malita, tiene muy claro qué regalos desea o pregunta y se interesa por los demás.
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Uno de los mitos que con frecuencia tenemos que escuchar es que las personas con autismo son incapaces de sentir o de mostrar empatía. ¡Cuánto daño han hecho las afirmaciones que asocian autismo con indiferencia o falta de sentimientos!
Las personas con autismo ríen, lloran, se enfadan, se asombran, tienen miedo, consuelan, desean, abrazan...
A Erik le encanta darnos besos y se me cae la baba, como a cualquier madre, cuando viene, me abraza y me dice: "mamá, te quiero mucho". Erik se asusta ante determinados ruidos, se enfada cuando algunas cosas no le salen bien, nos muestra con orgullo sus dibujos, me consuela cuando estoy malita, tiene muy claro qué regalos desea o pregunta y se interesa por los demás.
Las emociones están ahí. Sin embargo, Erik, al igual que la mayoría de las personas con autismo, puede tener problemas en expresar sus emociones en el contexto adecuado o en interpretar la mímica y el lenguaje corporal de las otras personas para asociarlos a una emoción. Pero, ¡cómo trabaja mi pequeño para lograrlo! y ¡cuánto ha conseguido ya!
Por eso me gustaría compartir "El libro de las emociones", donde he reunido en 83 páginas los ejercicios, pautas, consejos y material de trabajo que llevamos realizando desde hace más de dos años.
¡Deseo de corazón que os ayude tanto como a nosotros!
Read more: https://elsonidodelahierbaelcrecer.blogspot.com/2010/03/el-libro-de-las-emociones-dos-anos-de.html#ixzz2DbyD1TFh
Uno de los mitos que con frecuencia tenemos que escuchar es que las personas con autismo son incapaces de sentir o de mostrar empatía. ¡Cuánto daño han hecho las afirmaciones que asocian autismo con indiferencia o falta de sentimientos!
Las personas con autismo ríen, lloran, se enfadan, se asombran, tienen miedo, consuelan, desean, abrazan...
A Erik le encanta darnos besos y se me cae la baba, como a cualquier madre, cuando viene, me abraza y me dice: "mamá, te quiero mucho". Erik se asusta ante determinados ruidos, se enfada cuando algunas cosas no le salen bien, nos muestra con orgullo sus dibujos, me consuela cuando estoy malita, tiene muy claro qué regalos desea o pregunta y se interesa por los demás.
Las emociones están ahí. Sin embargo, Erik, al igual que la mayoría de las personas con autismo, puede tener problemas en expresar sus emociones en el contexto adecuado o en interpretar la mímica y el lenguaje corporal de las otras personas para asociarlos a una emoción. Pero, ¡cómo trabaja mi pequeño para lograrlo! y ¡cuánto ha conseguido ya!
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A Erik le encanta darnos besos y se me cae la baba, como a cualquier madre, cuando viene, me abraza y me dice: "mamá, te quiero mucho". Erik se asusta ante determinados ruidos, se enfada cuando algunas cosas no le salen bien, nos muestra con orgullo sus dibujos, me consuela cuando estoy malita, tiene muy claro qué regalos desea o pregunta y se interesa por los demás.
Las emociones están ahí. Sin embargo, Erik, al igual que la mayoría de las personas con autismo, puede tener problemas en expresar sus emociones en el contexto adecuado o en interpretar la mímica y el lenguaje corporal de las otras personas para asociarlos a una emoción. Pero, ¡cómo trabaja mi pequeño para lograrlo! y ¡cuánto ha conseguido ya!
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A Erik le encanta darnos besos y se me cae la baba, como a cualquier madre, cuando viene, me abraza y me dice: "mamá, te quiero mucho". Erik se asusta ante determinados ruidos, se enfada cuando algunas cosas no le salen bien, nos muestra con orgullo sus dibujos, me consuela cuando estoy malita, tiene muy claro qué regalos desea o pregunta y se interesa por los demás.
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Las personas con autismo ríen, lloran, se enfadan, se asombran, tienen miedo, consuelan, desean, abrazan...
A Erik le encanta darnos besos y se me cae la baba, como a cualquier madre, cuando viene, me abraza y me dice: "mamá, te quiero mucho". Erik se asusta ante determinados ruidos, se enfada cuando algunas cosas no le salen bien, nos muestra con orgullo sus dibujos, me consuela cuando estoy malita, tiene muy claro qué regalos desea o pregunta y se interesa por los demás.
Las emociones están ahí. Sin embargo, Erik, al igual que la mayoría de las personas con autismo, puede tener problemas en expresar sus emociones en el contexto adecuado o en interpretar la mímica y el lenguaje corporal de las otras personas para asociarlos a una emoción. Pero, ¡cómo trabaja mi pequeño para lograrlo! y ¡cuánto ha conseguido ya!
Por eso me gustaría compartir "El libro de las emociones", donde he reunido en 83 páginas los ejercicios, pautas, consejos y material de trabajo que llevamos realizando desde hace más de dos años.
¡Deseo de corazón que os ayude tanto como a nosotros!
Read more: https://elsonidodelahierbaelcrecer.blogspot.com/2010/03/el-libro-de-las-emociones-dos-anos-de.html#ixzz2DbyD1TFh
Uno de los mitos que con frecuencia tenemos que escuchar es que las personas con autismo son incapaces de sentir o de mostrar empatía. ¡Cuánto daño han hecho las afirmaciones que asocian autismo con indiferencia o falta de sentimientos!
Las personas con autismo ríen, lloran, se enfadan, se asombran, tienen miedo, consuelan, desean, abrazan...
A Erik le encanta darnos besos y se me cae la baba, como a cualquier madre, cuando viene, me abraza y me dice: "mamá, te quiero mucho". Erik se asusta ante determinados ruidos, se enfada cuando algunas cosas no le salen bien, nos muestra con orgullo sus dibujos, me consuela cuando estoy malita, tiene muy claro qué regalos desea o pregunta y se interesa por los demás.
Las emociones están ahí. Sin embargo, Erik, al igual que la mayoría de las personas con autismo, puede tener problemas en expresar sus emociones en el contexto adecuado o en interpretar la mímica y el lenguaje corporal de las otras personas para asociarlos a una emoción. Pero, ¡cómo trabaja mi pequeño para lograrlo! y ¡cuánto ha conseguido ya!
Por eso me gustaría compartir "El libro de las emociones", donde he reunido en 83 páginas los ejercicios, pautas, consejos y material de trabajo que llevamos realizando desde hace más de dos años.
¡Deseo de corazón que os ayude tanto como a nosotros!
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A Erik le encanta darnos besos y se me cae la baba, como a cualquier madre, cuando viene, me abraza y me dice: "mamá, te quiero mucho". Erik se asusta ante determinados ruidos, se enfada cuando algunas cosas no le salen bien, nos muestra con orgullo sus dibujos, me consuela cuando estoy malita, tiene muy claro qué regalos desea o pregunta y se interesa por los demás.
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A Erik le encanta darnos besos y se me cae la baba, como a cualquier madre, cuando viene, me abraza y me dice: "mamá, te quiero mucho". Erik se asusta ante determinados ruidos, se enfada cuando algunas cosas no le salen bien, nos muestra con orgullo sus dibujos, me consuela cuando estoy malita, tiene muy claro qué regalos desea o pregunta y se interesa por los demás.
Las emociones están ahí. Sin embargo, Erik, al igual que la mayoría de las personas con autismo, puede tener problemas en expresar sus emociones en el contexto adecuado o en interpretar la mímica y el lenguaje corporal de las otras personas para asociarlos a una emoción. Pero, ¡cómo trabaja mi pequeño para lograrlo! y ¡cuánto ha conseguido ya!
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A Erik le encanta darnos besos y se me cae la baba, como a cualquier madre, cuando viene, me abraza y me dice: "mamá, te quiero mucho". Erik se asusta ante determinados ruidos, se enfada cuando algunas cosas no le salen bien, nos muestra con orgullo sus dibujos, me consuela cuando estoy malita, tiene muy claro qué regalos desea o pregunta y se interesa por los demás.
Las emociones están ahí. Sin embargo, Erik, al igual que la mayoría de las personas con autismo, puede tener problemas en expresar sus emociones en el contexto adecuado o en interpretar la mímica y el lenguaje corporal de las otras personas para asociarlos a una emoción. Pero, ¡cómo trabaja mi pequeño para lograrlo! y ¡cuánto ha conseguido ya!
Por eso me gustaría compartir "El libro de las emociones", donde he reunido en 83 páginas los ejercicios, pautas, consejos y material de trabajo que llevamos realizando desde hace más de dos años.
¡Deseo de corazón que os ayude tanto como a nosotros!
Read more: https://elsonidodelahierbaelcrecer.blogspot.com/2010/03/el-libro-de-las-emociones-dos-anos-de.html#ixzz2DbyD1TFh
Uno de los mitos que con frecuencia tenemos que escuchar es que las personas con autismo son incapaces de sentir o de mostrar empatía. ¡Cuánto daño han hecho las afirmaciones que asocian autismo con indiferencia o falta de sentimientos!
Las personas con autismo ríen, lloran, se enfadan, se asombran, tienen miedo, consuelan, desean, abrazan...
A Erik le encanta darnos besos y se me cae la baba, como a cualquier madre, cuando viene, me abraza y me dice: "mamá, te quiero mucho". Erik se asusta ante determinados ruidos, se enfada cuando algunas cosas no le salen bien, nos muestra con orgullo sus dibujos, me consuela cuando estoy malita, tiene muy claro qué regalos desea o pregunta y se interesa por los demás.
Las emociones están ahí. Sin embargo, Erik, al igual que la mayoría de las personas con autismo, puede tener problemas en expresar sus emociones en el contexto adecuado o en interpretar la mímica y el lenguaje corporal de las otras personas para asociarlos a una emoción. Pero, ¡cómo trabaja mi pequeño para lograrlo! y ¡cuánto ha conseguido ya!
Por eso me gustaría compartir "El libro de las emociones", donde he reunido en 83 páginas los ejercicios, pautas, consejos y material de trabajo que llevamos realizando desde hace más de dos años.
¡Deseo de corazón que os ayude tanto como a nosotros!
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Las emociones están ahí. Sin embargo, Erik, al igual que la mayoría de las personas con autismo, puede tener problemas en expresar sus emociones en el contexto adecuado o en interpretar la mímica y el lenguaje corporal de las otras personas para asociarlos a una emoción. Pero, ¡cómo trabaja mi pequeño para lograrlo! y ¡cuánto ha conseguido ya!
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A Erik le encanta darnos besos y se me cae la baba, como a cualquier madre, cuando viene, me abraza y me dice: "mamá, te quiero mucho". Erik se asusta ante determinados ruidos, se enfada cuando algunas cosas no le salen bien, nos muestra con orgullo sus dibujos, me consuela cuando estoy malita, tiene muy claro qué regalos desea o pregunta y se interesa por los demás.
Las emociones están ahí. Sin embargo, Erik, al igual que la mayoría de las personas con autismo, puede tener problemas en expresar sus emociones en el contexto adecuado o en interpretar la mímica y el lenguaje corporal de las otras personas para asociarlos a una emoción. Pero, ¡cómo trabaja mi pequeño para lograrlo! y ¡cuánto ha conseguido ya!
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A Erik le encanta darnos besos y se me cae la baba, como a cualquier madre, cuando viene, me abraza y me dice: "mamá, te quiero mucho". Erik se asusta ante determinados ruidos, se enfada cuando algunas cosas no le salen bien, nos muestra con orgullo sus dibujos, me consuela cuando estoy malita, tiene muy claro qué regalos desea o pregunta y se interesa por los demás.
Las emociones están ahí. Sin embargo, Erik, al igual que la mayoría de las personas con autismo, puede tener problemas en expresar sus emociones en el contexto adecuado o en interpretar la mímica y el lenguaje corporal de las otras personas para asociarlos a una emoción. Pero, ¡cómo trabaja mi pequeño para lograrlo! y ¡cuánto ha conseguido ya!
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Las personas con autismo ríen, lloran, se enfadan, se asombran, tienen miedo, consuelan, desean, abrazan...
A Erik le encanta darnos besos y se me cae la baba, como a cualquier madre, cuando viene, me abraza y me dice: "mamá, te quiero mucho". Erik se asusta ante determinados ruidos, se enfada cuando algunas cosas no le salen bien, nos muestra con orgullo sus dibujos, me consuela cuando estoy malita, tiene muy claro qué regalos desea o pregunta y se interesa por los demás.
Las emociones están ahí. Sin embargo, Erik, al igual que la mayoría de las personas con autismo, puede tener problemas en expresar sus emociones en el contexto adecuado o en interpretar la mímica y el lenguaje corporal de las otras personas para asociarlos a una emoción. Pero, ¡cómo trabaja mi pequeño para lograrlo! y ¡cuánto ha conseguido ya!
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Muchas veces pensamos que las personas con autismo son incapaces de mostrar sentimientos. ¡El autismo no es sinónimo de indiferencia o falta de sentimientos! Las personas con autismo lloran, ríen, consuelan, se enfadan...
A Rodolfo le encanta abrazar y besar.
Cada vez que llega a casa le dice a su mamá que la quiere. Se asusta ante determinados ruidos, se enfada cuando las cosas no salen como él quiere, muestra sus dibujos orgulloso, tiene muy claro los regalos que desea...
Las emociones están ahí. Sin embargo, Rodolfo, al igual que la mayoría de las personas con autismo, no suele expresar sus emociones de la manera adecuada y en el contexto que debe. Tampoco interpreta la mímica ni el lenguaje corporal de las otras personas para asociarlos a una emoción. Pero como muchos otros niños/as con este síndrome... ¡Trabaja para lograrlo!
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